Conociendo el arte en la Antigua Grecia
Desde sus inicios, los antiguos griegos buscaron exhaustivamente la belleza ideal. Apoyándose en la filosofía, su arte recreó el mundo ideal platónico e imitó aristotélicamente la naturaleza, pero antes de alcanzar su esplendo tuvieron que pasar por un largo proceso evolutivo que los llevó desde la síntesis hasta la mimesis.
El arte de la Antigua Grecia se divide estilística y cronológicamente en cuatro períodos principales: geométrico, arcaico, clásico y helenístico. Hablemos hoy del primero de estos periodos.
El período geométrico, que tuvo lugar entre los años 1000 y 700 a. C., está relacionado con el desarrollo urbano, el aumento del comercio y el enriquecimiento de las formas artísticas. Se la suele considerar como una época “oscura” por los pocos restos arqueológicos hallados que reflejarían una etapa de poco desarrollo cultural y de declive tras el esplendor de la civilización micénica.
Pero a lo largo de este periodo se va produciendo, sobre todo en Atenas, una refinada cerámica en la que varían diferentes diseños geométricos de carácter decorativo, introduciendo tímidamente las figuras humanas esquematizadas. Las escenas relacionadas con la muerte, batallas marítimas y terrestres se disponen en franjas horizontales con motivos en zig-zag, grecas, meandros, triángulos y esvásticas, y se irán complejizando a partir del siglo VIII a.C.
Se introdujo la representación de animales a través de siluetas estereotipadas y se comenzó la figuración humana con formas triangulares y bidimensionales. El mayor exponente del periodo geométrico es la gran ánfora de Dypilon o Dípilon, datada entre el 760 y el 750 a. C., cuya altura supera el metro y medio. En ella se encuentran representado un duelo fúnebre y originalmente se encontraba colocada en una tumba femenina como señal funeraria. Gracias a esta obra el periodo es también conocido como el de cerámica doria o estilo del Dípilon.
Para realizar estos vasos, ánforas y cráteras se empleaba el torno rápido, se cocían en horno y se decoraban con pintura oscura sobre fondo claro. Con el crecimiento del comercio, la influencia de Mediterráneo Oriental se hizo presente a mediados del silgo VIII y principios del VII a. C. con el periodo orientalizante, donde se introdujo sobre todo en Corinto una figuración más finada y naturalista: esfinges, grifos, leones, etc., decorados con flores de loto o palmetas.
Dentro de este periodo prearcaico podemos destacan también algunas esculturas que asentaran las formas que evolucionaran posteriormente. Ejemplos como la Dama de Auxerre o la Hera de Samos, hoy ubicadas ambas en el museo parisino del Louvre al igual que a una gran cantidad de arte griego arcaico.
Fotos vía: luna.cas.usf.edu
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