El friso de las Panateneas, del Partenón
El Partenón fue erigido como un símbolo de la piedad y la devoción del pueblo de Atenas por su diosa protectora, Atenea Polias, y por los héroes legendarios que habían sido vistos luchando junto a los griegos. La historia del principal templo ateniense está ligada a los mitos y leyendas (como hemos visto en las metopas), pero también a acontecimientos históricos: las Guerras Médicas, la batalla de Maratón y los festejos de las Panateneas.
El Partenón de Fidias se inicio el 28 de julio del 417 a.C. durante la fiesta Panatenaica, celebración primordial para los atenienses. Fidias y sus asesores pensaron que lo mejor sería representar en el frisos un único tema: la Procesión de las Panateneas, diferenciando los lados en: Oeste: preparativos; Norte y Sur: procesión, y Este: entrega del peplo (túnica sagrada) ante la asamblea de dioses.
Las Panateneas constituían la mayor fiesta religiosa, en la que se honraba a Atenea Polias, protectora política de la ciudad. Se celebraban en Atenas todos los años en la fecha del nacimiento de la diosa y cada cuatro años “Grandes Panateneas” con mayor esplendor y duración. Las festividades incluían carrera de caballos, competiciones gimnásticas, poéticas y musicales, fiestas nocturnas y carreras con antorchas, para culminar el décimo día con una imponente procesión de todo el pueblo, encabezada por las ergastinas, las doncellas que habían tejido y bordado el nuevo peplo para la estatua de la diosa Atenea.
Toda la iconografía del Partenón estuvo minuciosamente pensada para expresar un homenaje a la polis ateniense. Sin embargo, algo original se concentra en el friso, donde en lugar de expresar los hechos contemporáneos a través del mito, Fidias le dio un lugar más que privilegiado a los atenienses durante la procesión de las Panateneas. En el friso, la procesión ciudadana es la protagonista, mientras que la escena religiosa principal se ubica en el lugar más sagrado, el lado oriental, que corresponde al frente del templo, pero aún así ocupa un espacio muy limitado: unos 20 metros de los 260 que medía la totalidad del friso.
La lectura del friso comienza en el lado occidental con los preparativos para la ceremonia, seguida en los laterales norte y sur con la procesión propiamente dicha que desembocará en el este. Las ergastinas encabezan la marcha, seguidas de jóvenes que llevaban vasos para libaciones, candelabros, incensarios, terneras, ovejas, junto a portadores de ofrendas, músicos, magistrados, carros, y finalmente ciento treinta caballeros. En el lado este la ceremonia culmina con la entrega a los dioses de una nueva túnica para la estatua de Atenea: el peplo sagrado. Antes de llegar a la asamblea de los dioses, aparecen diez personajes vestidos noblemente, posiblemente héroes.
En el centro del sector oriental vemos la asamblea de dioses, quienes adoptan poses cómodas y relajadas. Aunque sólo Hera y Zeus están claramente identificados y marcados por sus gestos y ubicación, los demás dioses presentes serían: Hermes, Dionisio, Démeter, Ares, Iris, Atenea, Hefesto, Poseidón, Apolo, Artemisa, Afrodita y Eros. Curiosamente, durante la entrega del peplo, las divinidades dan la espalda a la escena central. Es probable que Fidias haya querido relegada la entrega del peplo a segundo plano y jerarquizar la fiesta de la ciudad, pues el número de mortales supera ampliamente al de divinidades. Otra teoría comenta que los dioses no están recibiendo el peplo, sino a los nuevos héroes muertos en la batalla de Maratón, representados en la cabalgata, aunque se discute la presencia de jinetes griegos en dicha batalla. De todas formas, funcionaban como figuras alegóricas de la heroicidad.
De toda la decoración del Partenón, el friso es la parte mejor conservada. El friso oeste está aún en su ubicación original, mientras que los otros tres lados están repartidos entre el Louvre, el Museo Británico y el Museo de la Acrópolis de Atenas. Aunque no conservan la policromía, estas obras de arte de la antiguedad sobresalen por su belleza y armonía, dignas del período clásico griego.
Foto vía: wikimedia
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