Messini, testigo del pasado
La antigua ciudad de Messini –distinta de la actual Messini, que se encuentra en las cercanías– fue la capital de Mesenia y hoy se ubica a pocos kilómetros de Kalamata. Importantes acontecimientos históricos ocurrieron en este escenario, y por ello los tesoros que guarda son invaluables y constituyen verdaderas joyas del pasado.
Cuando los espartanos vencieron a los mesenios, tras años de luchas que se extendieron entre los siglos VIII y VII a.C., éstos últimos perdieron la unidad y se dispersaron. Años después, lograron reunirse y fue en Messini que encontraron su sede. El general tebano Epaminondas había fundado la ciudad, durante su invasión al Peloponeso, que siguió a su victoria en la batalla de Leucra, donde venció a los espartanos.
En 369 a.C., sólo dos años después del éxito de Epaminondas, los mesenios vivían en independencia, gobernando su propio territorio. No pasó mucho tiempo antes de que la situación tomara un giro decisorio, cuando la ciudad cayó en manos romanas, y luego fue presa de la conquista franca.
Las murallas que protegían a Messini son, en nuestros días, las mismas que guardan en su interior los vestigios de todo el devenir histórico que se desarrolló en estas tierras. El estadio y el ágora son los dos centros principales, que nos remontan a años en que los habitantes de la ciudad se reunían y participaban conjuntamente de las actividades sociales y políticas de su pueblo.
El monte Ithomi, cuyas laderas ascienden desde la ciudad, es hogar del santuario de Asclepio, un lugar de poderes terapéuticos que era visitado por multitudes provenientes de todos los rincones del imperio.
El teatro de Mavromati es también un monumento maravilloso, que conecta al pasado con el presente. Allí se realizan en la actualidad representaciones teatrales de obras antiguas y contemporáneas, que renuevan la vida de esta pieza arquitectónica clásica.
Foto Vía: Orpheus Hellenic Folklore Society
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