Por las aguas del Saronico
Cruceros en el puerto de Hydra
El Golfo Sarónico es un costado de Grecia que despliega todos los encantos típicos del país. Yacimientos arqueológicos, costas soñadas, pueblos tradicionales y los más bellos puertos, para disfrutar de la esencia griega en su mayor esplendor.
El viaje a través de las aguas del Sarónico parte de Atenas, y desde su puerto zarpa con rumbo Lavrion, en las cercanías del cabo Sounion. Desde allí, la ruta hacia Egina nos conduce hasta el templo de Poseidón, ubicado en un paraje que abunda en tabernas típicas de pescadores, que preparan los platillos más deliciosos con frutos marinos.
Una vez que nos dejamos enamorar con las puestas de sol que ya son una postal conocida del templo, llegamos a Egina, donde espera el templo de Afaia. Este templo, antiguo miembro de la tríada formada por el de Poseidón y el Partenón de Atenas, es uno de los mejor conservados de Grecia.
La siguiente parada es Hydra, un paraíso ecológico en donde los automóviles están prohibidos. Si queremos acortar distancias, habrá que tomar un burro. Luego es el turno de Poros, auténtica isla portuaria en la que sólo habitan los pescadores. Sus magníficas playas permanecen incontaminadas y libres de las multitudes que pueden encontrarse en otros destinos balnearios de Grecia.
Spetses, un poco más allá, seguramente podrá conquistar los corazones de más de un viajante. Su espíritu bohemio permanece también apartado de los grandes contingentes turísticos, y sus artistas y poetas callejeros nos deleitan con su talento.
En Palea Epidauros es posible conocer el famoso anfiteatro, que fue el primero en ser construido junto al mar. Los árboles cítricos perfuman el aire y acompañan los festivales de verano que se realizan allí, en un escenario que transporta en el tiempo hasta las épocas grecorromanas.
Nauplia es una de las islas más interesantes de la región: abunda en monumentos, como el castillo de Palamidi, el teatro de Epidauros, el templo de Esculapio y las ruinas del templo de Hércules. Desde allí, se cruza el canal Corinto para desembocar en el templo de Hera, al borde del mar y bañado por sus aguas.
Foto Vía: Cosper College
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