Mykonos, el magico destino del Egeo
Restaurantes con vista al mar, en el puerto de Mykonos
El paisaje de Mykonos es inconfundible. Sus molinos de viento, que hacen justicia a las fuertes corrientes de aire que permiten disfrutar del verano sin sofocarse, las pequeñas casas e iglesias blancas que brillan bajo el sol mediterráneo y la abundancia de pelícanos que hacen del puerto un lugar aún más pintoresco, son los elementos infaltables de las vacaciones en este inspirador sitio del mar Egeo.
Mykonos es una isla muy urbana. Sus costas de playa son sin duda muy bellas y concurridas por el turismo, pero son menos extensas que lo habitual en la mayoría de las islas circundantes. Ubicada entre Tinos y Naxos, Mykonos se destaca más por la intensidad de su vida nocturna y por la variada oferta de espectáculos y entretenimientos cosmopolitas.
Cada pueblo de Mykonos es un lugar mágico, y abandonarlo al terminar la temporada va a resultar realmente difícil. De inmediato uno se acostumbra a recorrer sus callecitas estrechas y sinuosas, iluminadas por el sol que se refleja en las fachadas blancas de las casas bajas, de arquitectura típicamente cicládica. Sus balcones están siempre adornados con coloridas flores.
Un peculiar barrio se distingue por completo de los anteriores, y por su diseño se lo conoce como la Pequeña Venecia. Sus casas fueron construidas sobre el mar, con balcones de madera. Ingresar en este barrio es cambiar de escenario radicalmente, y resulta sumamente interesante sumergirse en su ambiente, tan mágico como en el resto de la isla, pero a la vez tan original.
En el puerto, los yates de lujo se combinan con las embarcaciones pesqueras, que nos traen el ingrediente estrella para disfrutar de un plato típico de la cocina griega. Los restaurantes con vista al mar son una constante de esta zona, y allí nos agasajarán con una copa del mejor vino y con una receta que seguramente pediremos más de una vez. En todo este fascinante despliegue los hoteles en Miconos no se quedan atrás…
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