La leyenda del bello Adonis
Adonis nació de una relación incestuosa entre Mirra (Esmirna) y su padre Cíniras, rey de Chipre. Al parecer, la diosa Afrodita estaba realmente enfadada con Mirra, pues esta no la adoraba. Así pues, haciendo gala de su famosa vanidad, decidió castigarla. Conseguió que se enamorara de su padre, o por lo menos, que yaciera con él unas cuantas noches.
Con la ayuda de una de las doncellas del servicio, Mirra conseguiría dormir varias noches con su padre. Éste no se daría cuenta, pues los encuentros siempre se realizarían cuando el sol se había puesto.
Mirra quedaría embarazada durante estas noches junto a su padre. No obstante, cuando éste se dio cuenta de que había yacido en el mismo lecho que su hija entró en colera. Su única intención era quitar la vida a esa hija que lo había engañando deliberadamente, pero no lo consiguió. Ágil, Mirra escapó.
Los dioses la convirtieron en planta, el arrayán. Un arbusto que comenzaría a crecer y a crecer. Unos dicen que de buenas a primeras el arbusto se partió. Otros aseguran que fue el propio Cíniras quien intentó deshacerse de esa planta sabiendo que era su hija. Muchos defienden la idea que sería un jabalí quien envistió la planta. Sea como sea, cuando está se resquebrajó nacería automáticamente Adonis, cuya belleza sorprendió ya desde el primer aliento de vida.
La diosa Afrodita, que había presenciado toda la escena (muchos aseguran que fue ella quien convirtió a Mirra en arrayán) quedó absolutamente prendada de la belleza de este ser celestial. Lo tomó en sus brazos y lo encerró en un cofre, entregándoselo a Perséfone para que lo guardara.
El problema es que cuando Perséfone descubrió la belleza sobrenatural del niño rehusó devolverlo a la diosa. Se lo llevó a su palacio.
La disputa entre estas diosas se vería zanjada con la mediación de Zeus. El dios decidió que Adonis pasaría cuatro meses con Afrodita y cuatro con Perséfone, el resto del año sería él mismo quien decidiría con quien estar. Cuando le tocó al niño elegir decidió que sería con Afrodita.
Otras versiones aseguran que sería la musa Calíope quien decidiera, y que le otorgaría la custodia de seis meses al año a cada una.
Sea como sea Afrodita terminó enamorándose de este mortal. Angustiada por su futuro, no cesaba en reprender al joven cuando realizaba alguna acción que entrañara peligros para su persona. No obstante, Adonis era un joven tan bello como inquieto.
Un día, mientras Adonis se encontraba de caza, un jabalí terminaría con su vida. No queda muy claro si fue Perséfone por celos o el propio Ares, amante de Afrodita, que se había enterado del amor que le profesaba la diosa a ese mortal.
Adonis murió, y Afrodita quedó sumida en una tristeza enorme, haciendo brotar unas flores rojas de cada gota de la sangre del joven. Flores que a partir de ese momento se llamarían Adonis.
Zeus, conmovido por la tristeza de la diosa, permitió que Adonis resucitase durante la primavera y el verano, de esta manera podría pasar este periodo de tiempo junto a Afrodita.
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