Diversidad religiosa en Grecia
Sin duda, uno de los rasgos por los que destaca la población griega (que en la actualidad se sitúa en 11,2 millones de habitantes) es por su acentuado cosmopolitismo. En efecto, desde el punto de vista étnico, los helenos conforman una pequeña parte de la ciudadanía, integrada por macedonios, albanos, turcos, búlgaros y armenios.
En cambio, con la salvedad de Chipre, Turquía y el sur de Albania, no existen grandes concentraciones demográficas de griegos en los países vecinos, si bien las comunidades helenas adquieren una gran presencia en Europa occidental, América y Oceanía.
Por todo ello, no es de extrañar que la Iglesia ortodoxa griega —definida en la Constitución como la «religión prevalente» en el territorio nacional— cuente con un número de seguidores tan limitado. Además, la práctica totalidad de los residentes en la isla de Creta pertenecen a una rama rama especial de esta Iglesia, encabezada por el arzobispo cretense y dependiente del patriarcado de Constantinopla.
Por volumen de fieles, la minoría musulmana se erige como el segundo grupo religioso del país. A grandes rasgos, éste está formado por turcos, y se concentra en el archipiélago del Dodecaneso y la Tracia occidental. Los mahometanos griegos, que cuentan con un gran abanico de de mezquitas y escuelas, tienen como líder espiritual a un jefe mufti.
Finalmente, por lo que atañe a los católicos griegos y romanos se concentran en el área de Atenas y en las islas occidentales, que anteriormente se hallaban bajo la dominación de Italia. Lo mismo ocurre con los pocos miles de seguidores de las iglesias protestantes, la Iglesia anglicana de Grecia y el judaísmo. Este último colectivo, integrado por unas 75.000 personas en 1943, fue diezmado durante la Segunda Guerra Mundial a resultas de la ocupación nazi. De hecho, en la actualidad, el número de hebreos en toda la geografía helena apenas supera los 5.000.
Foto vía: Custodia de Tierra Santa
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