Recorriendo el norte de la península de Pilio
Con la llegada del buen tiempo, sorprende ver estos paisajes nevados, y más tratándose de a Grecia, ¿verdad? No obstante, no hay que olvidar que el territorio heleno, plagado de contrastes, ofrece éstos y otros muchos alicientes. Quienes tengan curiosidad por conocer éste y otros parajes, sólo deben acercarse hasta el norte de la península de Pilio, o Pelión, y conocer sus múltiples atractivos.
Alquilando un coche, se puede efectuar un recorrido a través de sus sugerentes aldeas, siguiendo la carretera que se abre al sureste de Vólos en dirección a Afétes. Desde allí, la carretera discurre en dirección sureste, pasando por Ano Lechónia y atravesando la llamada «riviera de Vólos«, creando una ruta circular por el montañoso norte de Pilio. En cualquier caso, si el viaje se efectúa en verano, el viajero debe tener presente que durante los fines de semana funciona un tren tradicional desde Káto Lechónia a Miliés.
Precisamente, éste último es uno de los pueblos interiores más hermosos de la zona. Sin embargo, compite en belleza con Vyzítsa, conservado por el Gobierno griego como un «asentamiento tradicional». Desde estas dos pintorescas localidades, la carretera gira hacia el norte, pasado Tsagkaráda, en dirección a Agios Ioánnis. Esta población es el principal centro de servicios de la costa este, desde el que se puede acceder, si el tiempo acompaña, hasta las cercanas playas de Pláka y Papá Neró, de gran belleza. Asimismo, otro enclave próximo, Moúresi, despliega una interesante oferta de restauración.
De regreso a Vólos, aconseja tomar un desvío hasta Makrynítsa, una villa tradicional que resulta de visita obligada. Fundada en el siglo XIII por los refugiados del primer saqueo de Constantinopla (la actual Estambul), este pueblo cuenta con preciosas construcciones religiosas, como la iglesia de Agrios Ioánnis y el monasterio de Theotóko. Asimismo, en Makrynítsa también pueden encontrarse numerosas villas tradicionales.
Foto vía: Allô Balkans
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