El mito de la Gigantomaquia

Mito de la gigantomaquia

Entre el siglo VII o VIII a.C., el poeta griego Hesíodo escribió su Teogonía, en la cual relató los mitos primigenios, como el origen del cosmos y el linaje de los dioses. Aquí encontramos el mito de la Gigantomaquia, piedra angular de la mitología griega que narra la lucha de los dioses olímpicos por establecer la paz y el orden en el mundo.

En la religión prehistórica, la supremacía de la figura femenina era absoluta, como Madre Tierra y poder fecundador primordial que daba origen a todo. Pero con el tiempo, la sociedad griega evolucionó, sufriendo sucesivas invasiones de pueblos indoeuropeos que fusionaron sus creencias con la de los helenos. Los dioses principales pasaron a ser masculinos, pero la transición no fue tan sencilla y los antiguos dioses lucharon por su lugar de privilegio. La Gigantomaquia recrea estos cambios sociales y religiosos a través de la historia de la creación del mundo y la lucha entre los dioses y los Gigantes.

Hesíodo relató que los hijos más terribles nacieron de Gea y Urano, resentidos con su padre, ya que éste los retenía a todos ocultos en el seno de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada acción. La agonizante Gea pidió ayuda a sus hijos Titanes y fue Cronos (el tiempo) quien se atrevió a matar a su padre, cortándole los genitales con una hoz. Las gotas de sangre salpicaron a Gea, que luego de un año dio a luz a los Gigantes, una raza de hombres de grandes dimensiones y salvajes con piernas de serpientes y algunos incluso alados.

Pero la violencia continuó en la siguiente generación, cuando Cronos se unió a Rea, también diosa de la Tierra, y siguió los pasos de su padre, encerrando a sus hijos. Temiendo un destino similar al de su propio padre, decidió devorarlos en cuanto nacían, pero un día Rea lo engañó ofreciéndole una piedra envuelta en pañales para salvar a su hijo Zeus, quien logró rescatar a sus hermanos Hera, Hades, Poseidón, Démeter y Hestia. Todos ellos desafiaron a su padre Cronos y a los demás Titanes en una terrible lucha que acabó con la victoria de los dioses olímpicos. Zeus encerró a los Titanes en las profundidades del Tártaro y Gea se enfadó, declarándoles la guerra y enviando a sus hijos, los Gigantes, al combate.

Las terribles escenas de la Gigantomaquia culminaron con la victoria de los dioses del Olimpo, convirtiéndolos en las principales divinidades del panteón griego. Los relieves del Altar de Zeus en Pérgamo son uno de los mejores ejemplos de las representaciones artísticas de esta batalla mítica, en donde se puede ver a la diosa Atenea participando, aunque su nacimiento se habría producido después de ese hecho. A menudo puede encontrarse esta falta de lógica en el mundo mítico, pero los devotos lo consideraban algo natural. La Gigantomaquia también aparecía en las metopas del Partenón, de las cuales sólo se conservan las de la Centauromaquía; ambos mitos legendarios que jamás perdieron vigencia en el mundo griego.

Foto vía: greciantiga



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Categorias: Mitologia griega


Comentarios (1)

  1. erika dice:

    me parecio buena informacion para un trabajo de investigacion que estoy haciendo!!!

    muchas Gracias!!!
    saludos cordiales!!!