Kerkira, la antigua Corfu
La Vieja Ciudadela
Los orígenes de la antigua ciudad de Corfú, en la isla del mismo nombre, se remontan al siglo VIII a.C. Situada estratégicamente sobre el mar Adriático, este asentamiento gozó en el pasado de una gran importancia comercial. Y es que nada menos que tres fueron los fuertes que se construyeron en estas tierras sirvieron durante 400 años a los venecianos para la protección de las rutas comerciales, y hoy son depositarios privilegiados de una historia tan larga como apasionante. Llegado el siglo XIX, la ciudad fue tomada por el gobierno británico.
Los edificios de estilo neoclásico que abundan en Kerkira datan sobre todo del período veneciano, aunque muchos de ellos también son reconstrucciones realizadas durante los años de dominación británica.
El puerto, sin dudas, uno de los grandes protagonistas de este lugar. Allí tenían lugar las transacciones que daban su importancia a la vieja ciudad, y en nuestros días es un ejemplo magnífico de un puerto mediterráneo fortificado. En conjunto con las fortalezas venecianas, este grupo arquitectónico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Un paseo se extiende junto a la costa, desde la vieja Ciudadela –Palaio Frourio–, una de las tres fortalezas. Con magníficas vistas al mar, allí se puede caminar despreocupadamente y observar la majestuosidad de las antiguas construcciones de Kerkira. Los cafés y los restaurantes sacan sus mesas al aire libre durante las tardes cálidas, para que sus comensales disfruten de una brisa refrescante.
Además de la vieja ciudadela, Neo Frourio –o la nueva ciudadela– domina las vistas sobre el norte de la ciudad. Para alcanzar sus muros, es necesario tomar un camino que lleva hasta el mercado de pescado, un despliegue típico de las islas griegas, donde se pueden adquirir los frutos marinos más frescos y deliciosos.
Palaia Anaktora, de estilo romano, es un complejo arquitectónico más reciente que alberga en su interior fabulosos museos. Sus colecciones nos acercan a las artes europeas y asiáticas, con especial hincapié en obras provenientes de la China. Los jardines de estos palacios son, también, verdaderas obras de arte.
Foto Vía: Philip Greenspun
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