Andritsena y sus inmediaciones, en el Peloponeso

Andritsena

Esta vez, toca regresar a uno de los de los principales alicientes de Grecia, la península del Peloponeso, que vuelve a ser una fuente inagotable de ideas para descubrir las múltiples maravillas que concentra el territorio heleno. Un destino recomendable es la localidad de Andritsena (o Andrítsaina), que atesora a partes iguales muestras de cultura popular e interesantes restos arqueológicos que acercarán al viajero al esplendor de la época clásica.

Aunque en la actualidad este municipio sólo está considerado como la puerta de acceso a la mayor atracción turística de la zona (el templo de Basas), no hay que perder la oportunidad de dedicar un tiempo a conocer este pequeño núcleo de apenas un millar de habitantes, y que en el siglo XVIII llegó a ser un importante centro de mercadeo. Además, tiene otro punto a su favor: aún esta libre de las hordas de visitantes.

Lo más destacado es la plaza principal, que acoge un bullicioso mercado matinal. Bajando desde la fuente Traní (también del Setecientos), se alcanza el Museo de Arte Popular, en el que se exhiben alfombras e indumentaria local.

Ya en las afueras, el templo de Basas (del siglo V a.C.)  se erige majestuoso sobre una colina. Un poco más abajo de Basas, el recién llegado llegará a Figalia, que toma su nombre de una antigua ciudad situada al oeste. Los moradores de esta población erigieron el templo en honor a Apolo Eikourios, para agradecerle que pusiera fin a a una plaga que estaba haciendo estragos en la zona.

Para redondear la visita, se aconseja seguir el angosto camino que baja hasta la garganta del río Nedas, para disfrutar un poco más de los numerosos reclamos naturales que acumula la Grecia peninsular en su suelo. Un país que, pese al difícil momento que atraviesa, sigue siendo la opción perfecta para unas vacaciones de ensueño.

Foto vía: Holiday Greece



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